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¿Cuáles son los 7 sentidos del gato?

Al igual que los humanos, los gatos tienen cinco sentidos: vista, oído, tacto, olfato y gusto. Pero eso no es todo ! En efecto, nuestros pequeños felinos de salón cuentan con dos sentidos adicionales que les permiten percibir mejor su entorno y aprehender el mundo de una forma mucho más completa y aguzada que nosotros. Descubramos juntos los siete sentidos de nuestros gatos.

1) La vista

Si el gato está dotado del sentido de la vista como el hombre, éste está definitivamente más desarrollado en el felino. De hecho, el gato está dotado de una visión binocular que le permite evaluar mejor las distancias y percibir los relieves con mayor claridad. Sin embargo, sólo los objetos más cercanos se perciben con verdadera nitidez, ya que el gato sufre naturalmente una especie de miopía que empaña los elementos lejanos. Luego usa sus bigotes para detectarlos mejor.

Además, el gato es nyctalope, lo que significa que puede ver de noche. Por otro lado, es tan imposible para él como para nosotros los humanos ver en completa oscuridad. Sin embargo, dado que tiene más bastones que los humanos, puede ver muy claramente en la oscuridad. Un simple pequeño rayo de luz le basta para tener una visión clara de su entorno.

El gato tiene una pupila que cambia según la luz ambiental. Seguramente habrás notado que puede ser redonda, ovalada o en forma de rendija más o menos gruesa según la intensidad de la luz. Además, si los ojos de los gatos brillan por la noche, es por la capa de células presente en su retina.

El pequeño felino también tiene un campo de visión más amplio que el nuestro, ya que puede ver 260°, en comparación con los 230° de los humanos.

Por último, debes saber que si el gato tiene buena vista, no percibe todos los colores. Solo puede distinguir azul, verde, amarillo, negro, gris y blanco.

2) El oído

El sentido del oído también está más desarrollado en los gatos que en los humanos. De hecho, el animal es capaz de percibir sonidos de muy baja intensidad, ya que puede alcanzar los 30 000 Hz frente a los 20 000 Hz de los humanos.

Además, el gato puede dirigir sus oídos a voluntad e independientemente unos de otros, lo que le permite localizar mejor los sonidos, incluso a distancia. Su oído también es capaz de detectar la más mínima vibración.

3) El tacto

El sentido del tacto felino vuelve a estar más desarrollado que el de los humanos. Para detectar objetos en su entorno, el gato está equipado con áreas muy sensibles y particularmente receptivas en los bigotes, el hocico, las almohadillas y las áreas anal y genital. En efecto, percibe mucho mejor la presión y las temperaturas ambientales, en particular, la más mínima variación atmosférica.

4) El olfato

Si el gato tiene un sentido del olfato menos desarrollado que el perro, de nuevo es mucho más eficiente que el nuestro. Gracias a sus 200 millones de terminales olfativas, percibe los olores cien veces mejor que el ser humano y, por lo tanto, puede ubicarse mejor en su entorno y distinguir varios miles de olores.

Este sentido del olfato desarrollado le permite delimitar fácilmente su territorio, orientarse y evitar ingerir ciertos alimentos potencialmente peligrosos para su salud.

5) El gusto

El gusto es el único sentido menos desarrollado en los gatos que en los humanos. De hecho, el gato está dotado de cinco veces menos movimientos gustativos que los humanos. Además, solo puede detectar sabores con la punta de la lengua, un área muy pequeña que lo hace sensible solo al dulce, salado, ácido y amargo, pero solo si los sabores son bien pronunciados y muy distintos.

Por otro lado, el gato está dotado de una particularidad única y asombrosa en vista del bajo desempeño de este sentido. De hecho, es muy sensible al sabor del agua, lo que a veces lo empuja a rechazar el agua que se le ofrece si no le conviene. Veamos allí un fenómeno útil para su supervivencia.

6) Órgano de Jacobson: tragar olores para analizarlos mejor

El gato está dotado de este sentido del que el humano no se beneficia. Ubicado en el paladar, el órgano de Jacobson permite que el gato desencadene lo que se llama la reacción de Flehmen (flehmen significa «enrollar el labio superior» en alemán). Al enrollar los labios, el gato puede tragar los olores a través del paladar y analizarlos mejor, en combinación con la nariz.

Hablamos, pues, de un fenómeno similar a la retronasal, que consiste en percibir mejor los aromas en boca utilizando esta vía retronasal, un poco como los enólogos que catan los vinos.

7) Sensibilidad profunda: un sentido del equilibrio sin igual

Este otro sentido, del que no está dotado el ser humano, permite dotar al gato de un sentido del equilibrio único. El animal tiene sensores en su oído interno que le permiten percibir mejor la posición de su cabeza y cada parte de su cuerpo en el espacio. Es una sensibilidad permanente en nuestros gatos, pero que no es consciente.

Es gracias a este sentido que el gato está dotado de un sentido del equilibrio tan agudo. Esta característica es el origen del dicho de que el gato siempre cae de pie . Sin embargo, si este adagio es a veces cierto, no debe tomarse al pie de la letra, porque no siempre es así y el gato puede encontrarse a menudo, debido a esta idea recibida, en situaciones críticas, en particular en caso de una caída desde una altura baja.

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